lunes, 27 de marzo de 2017

domingo, 5 de marzo de 2017

Retomando los seminarios de filosofía...

Como el anterior será grabado y colgado en la web para todos aquellos que no puedan acudir y deseen verlo. Por supuesto la entrada el libre y gratuita a cargo de Marcos.


Seminario sobre “Zadig o El Destino” de Voltaire

                                               25/03/2017      18:00

Lectura recomendada: el cuento de “Zadig o el Destino” de Voltaire.
Este bonito cuento de uno de los grandes inspiradores de La Ilustración nos llevará al planteamiento sobre la “lógica” del Destino y el Merecer, o más allá de ello si existe tal.
“Un día, el Esfuerzo dijo al Destino: <<Mis logros son mayores que los tuyos>> .
El Destino no estuvo de acuerdo y desafió inmediatamente al Esfuerzo: <<¿Qué es lo que has hecho para afirmar que tus logros superan los míos?>>.
El Esfuerzo respondió: <<El que alguien viva una larga vida o muera joven, sea rico o pobre, triunfe o fracase depende de mí>>.
El Destino respondió inmediatamente: <<La inteligencia del viejo Peng no podía compararse con la de los emperadores Yao y Shun, sin embargo vivió una vida larga y saludable. Por otra parte,  Yen-hui, el mejor discípulo de Confucio murió cuando tenía dieciocho años. (…) ¿Qué puede decirme de los funcionarios corruptos que son ricos y de los trabajadores esforzados y honrados que son pobres?>>.
El Esfuerzo no había previsto este aluvión de pruebas contra su afirmación. Frunció el ceño, pero el Destino continuó: <<Si eres tan eficaz como dices, entonces ¿por qué no haces ricas a las personas muy trabajadoras? ¿Por qué no les das una vida larga y próspera a las personas virtuosas? ¿Por qué no están empleados los capaces e inteligentes y por qué los estúpidos ocupan puestos importantes en el gobierno?>>.
El Esfuerzo no tuvo nada más que añadir ante estos desafíos, así que tímidamente respondió al Destino: <<Tienes razón. Después de todo, no produzco muchos efectos. Pero me atrevo a afirmar que muchas cosas suceden como suceden porque tú has ido haciendo daño, ¡torciendo el sino de la gente y disfrutando con ello!>>.
El Destino respondió entonces: <<Yo no puedo forzar la dirección de las cosas. Simplemente les abro las puertas para que pasen. Si algo va bien, dejo que siga su camino; si algo se desvía, no lo impido. Nadie, ni tú ni yo, puede dirigir el curso de las cosas. La vida larga o breve, rica o pobre, el éxito o el fracaso, la buena o la mala suerte, todo se produce por sí mismo. ¿Cómo puedo dirigir los acontecimientos o saber si quiera cómo acabarán las cosas?>>.”



“Es verdad, pues: reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!):
¡que hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!”